Yo Soy La Vid (Juan 15:1-17)

En este sermón basado en Juan 15:1-17, el Hermano Lester nos lleva a reflexionar sobre la importancia de dar fruto como cristianos, destacando que este fruto verdadero proviene de nuestra comunión con Jesús.

Descubrimos la necesidad de obedecer los mandamientos de Jesús, la promesa del Espíritu Santo y la importancia de permanecer en la palabra de Dios para dar fruto verdadero.

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Yo soy la vid (Juan 15:1-17) Calvary Gracia y Verdad

En Juan 15:1-17 veremos:

  • El verdadero fruto proviene del Señor y fluirá en quienes tienen comunión con Jesús
  • A través de la oración para parecernos más a él en carácter
  • A veces el sufrimiento y la poda son parte del plan de Dios para que confiemos plenamente en él
  • Amarse unos a otros como manda el Señor
  • El verdadero creyente da fruto todo el tiempo
  • El propósito del fruto es parecerse más a Jesús

Para recordar

“Muchas veces Dios tiene que cortar cosas en nuestras vidas como cristianos, y duele. Pasamos dolor, pasamos situaciones que no nos agradan, pasamos situaciones, pero es con un propósito, parecernos al hijo de Dios.”

Preguntas para reflexionar

  1. ¿Cómo describirías la relación entre permanecer en Jesús, dar fruto y la importancia de la comunión con él?
  2. ¿Cuál es la relevancia del mandamiento de amar al prójimo en el contexto de dar fruto como seguidores de Jesús?
  3. ¿En qué aspectos crees que la poda y el sufrimiento pueden influir en la capacidad de un cristiano para dar fruto?
  4. ¿Qué significa realmente dar fruto como creyente? ¿Cómo se manifiesta en la vida diaria?
  5. ¿Qué nos enseña la analogía de la vid verdadera sobre la importancia de la conexión con Jesús y la producción de fruto en la vida cristiana?

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