1 Tesalonicenses

La primera carta a los Tesalonicenses nos transporta a los comienzos de una iglesia joven, nacida en medio de la oposición y la persecución. En solo tres semanas de ministerio, el apóstol Pablo proclamó el evangelio en Tesalónica y el Señor obró poderosamente: hombres y mujeres fueron salvados, y una nueva congregación comenzó a brillar en una ciudad marcada por la lealtad al Imperio Romano y el amor al poder terrenal.

A pesar de la presión política y social, esta iglesia se mantuvo firme en su fe, arraigada en el amor del Padre, sostenida por la gracia de Cristo y fortalecida por el Espíritu Santo. Tesalónica se convirtió en un testimonio viviente de lo que significa ser verdaderamente iglesia del Señor: un pueblo redimido, convocado y sostenido por Dios mismo.

mapa del viaje misionero en que se establece la iglesia de los tesalonicenses

¿Cuál es el propósito de lAs cartas a Los tesalonicenses?

La carta de Pablo a los Tesalonicenses no solo celebra esa fidelidad, sino que revela la razón detrás de ella. La iglesia de Tesalónica perseveró porque estaba “en Dios Padre y en el Señor Jesucristo”. Su identidad no dependía de su entorno ni de sus circunstancias, sino de su unión con Cristo. Desde esa realidad espiritual brotan los frutos que distinguen a todo verdadero creyente: la gracia que salva y sostiene, y la paz que guarda el corazón en medio del sufrimiento.

En un mundo que corre tras el éxito, la comodidad o la aceptación, 1 Tesalonicenses nos recuerda que la verdadera seguridad del creyente está en pertenecer al pueblo de Dios. Esta carta nos llama a valorar lo que significa ser iglesia, a perseverar con gozo, y a vivir cada día bajo la gracia y la paz del Señor Jesucristo.

Mensajes basados en las cartas a los tesalonicenses

Suscríbete al Pódcast

Si deseas continuar escuchando las enseñanzas de nuestra iglesia, te invitamos a sintonizar nuestro pódcast.

Videos en Vivo

¿Prefieres ver los videos? Puedes accederlos en nuestro canal de Youtube, en la lista de Tesalonicenses.